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Blogue RBE

Qui | 29.04.10

Sobre o livro e as bibliotecas


A opinião de César António Molina sobre as metamorfoses do livro e sobre o labirinto de ruas, autores e personagens da sua biblioteca. 

Dios es una biblioteca

(...) Mi biblioteca está compuesta por cientos de ciudades, miles de calles y otros tantos paisajes.

Por estos espacios he caminado con los autores y sus personajes. He vivido sus vidas a lo largo de muchos siglos y cuando toco las páginas que estoy leyendo percibo sus lágrimas o sus risas, sus olores, veo los colores del amanecer o del ocaso. Un libro también es un objeto, una materia, una representación, un símbolo, una dimensión. El libro electrónico, el e-book, efímeros en sí mismos como soportes (qué pasó sino con el vídeo, el dvd y lo que venga), le robarán terreno al libro impreso, pero difícilmente podrán arrojarlo de nuestras vidas y nuestra manera de vivirlas. De haber habitado en la época en que se pasó de la oralidad a la escritura en papiro o pergamino, yo no hubiera estado en contra de este proceso evolutivo; de la misma manera que hubiera apoyado a Gutenberg cuando relegó a la escritura al ámbito privado.

¿Por qué ahora tendría que oponerme a algo inevitable y, seguramente, muy útil? Si estoy en contra de quienes piensan que hemos llegado al fin. En contra de aquellos que creen que ya no es necesario leer, ni saber, ni adquirir conocimientos, ya que todo está a nuestro alcance, tocando la tecla de un ordenador. Estoy en contra de aquellos que rechazan la memoria como si ésta fuera un simple apéndice mental que hubiera que extraer. El libro electrónico no es un peligro para la lectura. Sí lo son los videojuegos, los programas deleznables de la televisión, la mala enseñanza que desconoce o impone con una obligatoriedad torpe y pesada, el mal ejemplo familiar donde la cultura, en general, es algo desconocido y extravagante. La lectura en pantalla no acabará con el libro impreso, aunque éste se convierta en un objeto arqueológico; por el contrario, estoy seguro que contribuirá a ampliarla. Las nuevas generaciones adquirirán nuevos hábitos, nuevas formas de relación con el texto escrito. Probablemente lo lleven a cabo desde la laicidad y no desde la sacralidad con que nosotros adoramos al libro.


Probablemente la democratización de la lectura y la escritura modificará hábitos, costumbres, tradiciones y valores. ¿No sucedió así en el pasado? Umberto Eco afirma que, con Internet, se retornó a la era alfabética y, por lo tanto, no hemos fenecido aún en la dictadura de las imágenes. De nuevo, escritores y lectores, hemos sobrevivido a ese monstruo multiforme. Millones de personas, a lo largo de todo el mundo, a través de Internet, leen y escriben sin cesar para intercambiar ideas, sentimientos o simplemente informaciones. ¡Gutenberg todavía no está muerto! Se ha metamorfoseado. Nunca hubo tanta necesidad de leer y escribir como hoy. ¿Acaso los ordenadores actúan libremente sin este conocimiento previo? (...)

Ler mais no El País, 23 de Abril >>

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