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Blogue RBE

Ter | 29.12.09

A linguagem e a gramática

A propósito da edição recente da  Nueva gramática de la lengua española, Emilio Lledó escreveu um belíssimo texto sobre a linguagem e o cuidado que ela nos merece, precisamente através da gramática de cada língua em que dizemos o mundo, em que nos expressamos e em que nos entendemos. Seleccionámos alguns fragmentos que destacam a linguagem enquanto "sopro semântico" que indica e nomeia o mundo físico,  que define o que não é de todo evidente - a justiça, a beleza, o amor, a verdade... - que funda a sociedade e a cultura,  que nos possibilita sentir e interpretar o mundo em múltiplas e variadas perspectivas - a da ciência, a da política, a da religião, a da literatura....

El lenguaje es algo tan propio de los seres humanos que hemos olvidado el privilegio de esa conquista por la que somos una especie distinta entre los animales. Somos cuerpo, organismo físico, igual casi al de muchos otros mamíferos. Tenemos pulmones y boca como ellos, pero esos pulmones y esa boca son capaces de emitir un "aire semántico" que articula nuestra lengua, originando un mundo vivo también como el de la naturaleza, y funda comunidad, sociedad, cultura. (...)
Un soplo semántico, indicativo -que podemos señalar, "indicar" con el índice de nuestras manos-: árbol, río, sol, casa, vaso, libro, calle, flor, y que es capaz de decir, también, lo que no podemos señalar tan inequívocamente: bondad, justicia, belleza, verdad, amor, maldad, envidia, emoción, política, ciencia. (...)
(...) El cuidado del lenguaje es tan necesario y vital como el de la naturaleza que nos rodea, como el del aire o el agua, como el de aquellos otros seres que nos acompañan en la vida. El lenguaje es ya un universo cuyas constelaciones, cuyo ritmo y movimiento, se ha transformado en el ser que somos, en las manos con que amasamos el mundo de las relaciones humanas, de las verdades y mentiras que podríamos fabricar con él: un inmenso espacio intermedio entre cada individuo, entre el mundo de la consciencia y el mundo de las cosas. (...)
El lenguaje, en la voz de sus hablantes, de sus escritores, ha ido construyendo el inacabable edificio del alma y, por eso, es "todas las cosas", dice todas las cosas, lucha por expresar todo lo que sentimos y acaba diciéndonos dónde estamos, qué somos.
Esa construcción que se sostiene desde la firme espontaneidad y familiaridad de sus hablantes ofrece, en el entendimiento e interpretación del mundo, la multiplicidad de sus miradas, la inmensa variedad de sus perspectivas que, en el largo paso del tiempo, es un edificio común que todos habitamos, sea cual sea la lengua sobre la que el puro azar nos haya hecho nacer.

 
Babélia, 26 Dezembro >>
 
 
 

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